sábado, 22 de febrero de 2020

Santa María

De Nervión a Santa María. Visito otro barrio -gaditano, flamenco y gitano por más señas- para homenajearlo en este febrero ya próximo al Triduo de Carnaval -con seises vestidos de Corpus- que desagraviará los excesos y la tentación del pecado de la carne. El eterno pulso entre Don Carnal y Doña Cuaresma.

A través de dos letras con veinticinco años de diferencia en tiempos de carnestolendas recorro su piel de la mano de un autor que marca -presente histórico- un antes y un después en la modalidad de comparsa, la niña bonita del concurso del Falla, la que despierta las mayores pasiones del Carnaval de Cádiz. Con ustedes solo una pincelada de su legado inmortal, todos en pie que hay un mando en la sala, Don Antonio Martínez Ares. Uno y trino, con el brujo -Paco Alba- y el coplero de la Cruz Verde -Antonio Martín-. No puede describir mejor la pluma de un vecino del barrio, para el imaginario colectivo "El Niño de Santa María", el paisaje y paisanaje que habita esas calles que siempre dan a la mar…




Comparsa El Brujo. 1995. Antonio Martínez Ares.
Pasodoble DANDO UNA VUELTECITA.

Santa María, mi viejo barrio
de callejuelas y campanarios
¡Ay! qué penita que tengamos tus poetas
que limpiar con nuestras letras
tanta droga y tanto paro.
Niña del cante
qué mala suerte
que en tus esquinas
ronde la muerte.
Siempre esperando a tu Nazareno
pa que te cure a paso de horquilla
mientras se ríen mi niña de ti los camellos
esos que encalan tu cara de blanca heroína.
Siempre aguardando que llegue el milagro
de la Cárcel a Jabonería
despierta gitana
despierta y grita chiquilla
fuera de mi casa que entre la alegría
que quiero decirte qué guapa
Santa, Santa María.





Comparsa La Chusma Selecta. 2020. Antonio Martínez Ares.
Pasodoble EL ARESTÓCRATA DE BARRIO.


Mire si soy de alta cuna
que al encenderse la luna
yo nací en un lavaero.
Mi mare me dio un besito.
“Ya está aquí mi principito,
otro arestócrata güeno”.
Con encajes y bordados
a mi abuela me entregaron
pa culminar el ritual.
Me subió a la azotea.
“Bienvenido vida mía,
este es el hermoso reino del Barrio Santa María”.
Duquesas con batas, vizcondes del muelle,
hidalgos con hambre, marqueses gitanos,
olor a puchero, lluvia de calichas,
un triste agujero por cuarto de baño,
el cuadro labrado de la santa cena,
seis niños y una habitación,
la eterna alegría desde la miseria,
pescaos secándose al sol.
Sé que hace ya mucho tiempo que esperas
mi letra que esperas mi canto, barrio bonito.
Aunque no hay día que pase
que no ande tus calles
pa verme de nuevo de chiquitito
en la trastienda del chicuco dejando fiar,
por Mirador la humilde sombra del Greñúo llegar.
Soy de tu chusma divina que llora cantando
que espera y espera el gran milagro.
Mire si soy de alta cuna
que nací en un lavaero,
tengo el color del lebrillo
grabado en mi piel pero a fuego,
Calle Goleta, una virgen, segundo piso,
un patio mirando al cielo,
cielo de Cádiz, cielo de Cádiz, el paraíso.