lunes, 8 de agosto de 2016

Cerrando el círculo

Los orígenes británicos vuelven a encontrarse en el camino, ¿puro azar o predestinación? En los días previos de la Final de la UEFA Europa League en Basilea me rondaba continuamente un pensamiento relativo a la atractiva y concluyente posibilidad de abrochar definitivamente un idilio de una década con la “plateada”, alzándola a los cielos europeos tres veces consecutivas y cinco alternas en total durante ese período, para depositarla definitivamente en los anaqueles de las proezas y narraciones literarias que orillan una longeva historia principiada un 25 de enero de 1890, la noche escocesa de su gloria poética Robert Burns -Burns´Night-; una preclara evocación de los “Scottish sportmen” de este protoclub, Sevilla Foot-ball Club, que pretendía hacer proselitismo de este incipiente deporte exportado de las Islas, bajo las Association rules, junto a sus seguidores sevillanos.

Esta simple pretensión cobraba aún más sentido cuando uno se pone a rascar en la superficie del devenir histórico y observa cómo sucesos, instituciones e individuos supuestamente aislados con el transcurso del tiempo se hallan íntimamente interconectados. Léanse nombres escoceses naturales, primigenios en sus cargos electos y socios de la “floreciente” sociedad, como Edward Farquharson Johnston, Hugh Maccoll, Gilbert Reid S. Pollock, entre otros muchos promotores y continuadores -Isaías White, Welton, Langdom, Thompson, C. Smith, Dalebrook, Wood, Gallegos Arnosa, …-; y empresas como la naviera y consignataria MacAndrews&Co, la suministradora de aguas The Seville Water Works Company Limited (S.W.W.) o la fundición Portilla&White Company, cuya socialización anglosajona y nativa se reúne al calor del Círculo Mercantil e Industrial que preside Montes Sierra; y todo vuelve a estar interrelacionado. 

En 1871 llega a Sevilla un escocés de Elgin llamado Edward F. Johnston, lo hace como director y representante de la naviera familiar MacAndrews y Cía cuyas líneas de vapores exportan a puertos “British” como Liverpool o Glasgow -otra pica histórica en el camino- cantidades ingentes de productos cítricos y agrícolas y derivados de la explotación minera; también aparece su ilustre nombre entre los directores de la Sevilla Water Works -llamada la compañía de los ingleses- que inicia los trabajos de una red de abastecimiento de aguas en la ciudad, además de ostentar la representación de S.M. en el cargo de Vice-cónsul británico en Sevilla. Él será el primer presidente de la historia del Sevilla Football Club, primer club constituido en España con la finalidad exclusiva de practicar este bendito y loco deporte del balompié. Persona de reconocido prestigio social y comercial en la colonia británica residente en Sevilla, fue un auténtico impulsor de la práctica deportiva, sobretodo en sports de clara vocación británica amén del citado que nos trae causa -rowing, cricket, etc.-, además de actuar como árbitro en los “matchs” desde 1890 hasta 1909 como nos reflejan las crónicas periodísticas de la época.

Según nos describe el investigador Pedro J. Sánchez Gómez en su trabajo “Historia del Abastecimiento Moderno de Aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX”, las tuberías de la Water Works en hierro fundido que conducían y distribuían el agua procedente de los manantiales de Alcalá de Guadaira a través de los Caños de Carmona, soterradas más de un siglo en la piel sensible de nuestra ciudad, fueron realizadas en las factorías de la ciudad inglesa de Middlesbrough. ¿Les suena de algo este nombre? Efectivamente, el rival de la primera UEFA.


Caben más señales y coincidencias, la naviera MacAndrews tenía una de sus oficinas principales en la ciudad de Liverpool donde ejercía de director Robert MacAndrews, primo de E.F. Johnston, y allí realizó sus prácticas de consignatario de buques J.L. Gallegos, sucesor del británico en la presidencia del club tras su registro oficial en 1905. ¿Me siguen, les va cuadrando todo ya? Correcto así es, el protagonismo de una ciudad y el mítico club de los Beatles al que nos enfrentamos en nuestra última y quinta UEFA.

Curiosamente ambas compañías, la MacAndrews y la Water Works, llegaron también a compartir en el tiempo del cambio de centuria sus sedes corporativas en un mismo edificio de la city londinense, la Suffolk House; caprichos del destino.

Estas pioneras empresas mencionadas, sobremanera junto a la Portilla&White -mercantil donde trabaja el hijo de su máximo rector y primer secretario electo del club, Isaías White Méndez, con nascencia sevillana y antecesores "mixto jilguero" de padre inglés y madre hispalense-, serán el vivero de “footballers” que practican este novedoso deporte con los marineros extranjeros que llegan al puerto sevillano y otros compatriotas de localidades próximas como Riotinto o Huelva. El diario escocés The Dundee Courier and Argus nos desempolvó, después de más cien años, la crítica del “First Football Match in Spain” celebrado en el Hipódromo de la Dehesa de Tablada el día 8 de marzo de 1890 entre el Sevilla Football Club y el Huelva Recreation Club con victoria sevillana (2-0).

Precisamente dos ingenieros escoceses antes nombrados, precursores de la escuela preciosista sevillana y sevillista, y destinados a la fundición hispalense Portilla&White, Hugo Maccoll -primer capitán y entrenador del Sevilla- y Gilbert Pollock -jugador y socio fundador-, tras su periplo en la capital andaluza fundaron posteriormente en Sunderland la compañía Maccoll&Pollock Ltd., empresa de motores y calderas de navíos, desde donde se surtían camisetas con rayas rojas y blancas como las del equipo renombrado inglés de aquella época, además de otro material deportivo. El blanco y el rojo siempre presente al principio y al final de los días. 

Football, agua y naranjas agitadas por la colonia británica en Sevilla. El “agua de los ingleses”, como era conocida, sació la sed en esta década gloriosa cual reclamo vigente de un legado que perdura más de 125 años para cerrar el círculo de su origen histórico británico con la contemporaneidad. La naranja amarga de los campos andaluces remontó el Guadalquivir con dirección a las Islas Británicas para retornar en un dulce recuerdo de confitura, la “Seville Orange Marmalade”, devolviendo así a nuestra tierra todo aquello que le dio a aquellos osados emprendedores y dando aún más significado a mis ilusionadas pretensiones de conquistas. Una corriente del pensamiento filosófico lo nombra “El eterno retorno” o concepto circular de la historia y los acontecimientos, todo pasado, presente y futuro está relacionado. Cierra, que hace corriente.

Me quedo con las hondas palabras del vate escocés Robert Burns:

“La historia es cuestión de supervivencia.
Si no tuviéramos pasado,
estaríamos desprovistos de la impresión
que define nuestro ser.” 


Una lección que el juego del tiempo se encargó de hacernos disfrutar con este subyugante equipo y deporte que nos legaron y que hogaño orgullosos de profesar su fe balompédica, siempre de frente pero sin dejar de mirar atrás, portamos su testigo. Al sur del tiempo.