domingo, 7 de abril de 2013

A vueltas con el regionalismo

Después de algunas escapadas e incursiones volvemos al barrio para dejar reseña de la parroquia del barrio de Nervión que se proyectó en las primeras décadas del siglo XX como nueva zona de expansión urbanística de Sevilla allende sus antiguas murallas.


En la intersección de la Avda. Cruz del Campo con la calle renombrada Cristo de la Sed se alza la parroquia de la Inmaculada Concepción, relegada a una manzana secundaria pues en su plano originario iba proyectada coronando la Gran Plaza -a la altura del restaurante Modesto- y divisando a su madre Giralda desde la distancia a modo del paralelismo de la visión de la Sacré-Coeur desde la colina del Montmartre parisino.

Se debe al poco estudiado y gran arquitecto regionalista Antonio Arévalo Martínez en el año 1925, terminándose de edificar en 1930. Aunque apunte en su edificación rasgos estilísticos del renacimiento sevillano también se agrupan otros manieristas y protobarrocos dentro del regionalismo imperante en la época con materiales tan propios del ladrillo visto y la azulejería que tanta personalidad ofreció y aún se mantiene en nuestra ciudad.

La imagen que da título a la iglesia y que figura en su altar mayor fue incendiada en los sucesos de la guerra incivil y estaba atribuida al quehacer montañesino procedente del convento de las Santas Justa y Rufina “las Vírgenes”; la actual que preside la esculpió Navarro Arteaga en 2005.


La fachada de orientación sur está rematada por una torre de dos cuerpos situada a los pies de la nave del Evangelio; esta portada pudo ser realizada por el orfebre Cayetano González, sobrino del arquitecto Aníbal González y consta de dos cuerpos de altura rematada por un frontón triangular en cuya cima figura una escultura del Sagrado Corazón, obra de Delgado Brackembury. De la portada podríamos destacar sus dos alturas, en el primer cuerpo hallamos la puerta de acceso adintelada entre jambas apilastradas de estilo plateresco y en sus extremos parejas de columnas de orden dórico y jónico con volutas en el segundo y ventanas a modo de hornacinas con la central albergando la imagen pétrea de la Inmaculada Concepción del artista Alonso Cano.

El interior de la iglesia consta de una nave dividida en tres tramos, capillas laterales, presbiterio y coro a los pies, cubierta por bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos con óculos. El retablo mayor se ejecuta en mármol compuesto de banco, cuerpo y ático. El sagrario de plata tiene puerta del mencionado orfebre Cayetano González, la hornacina central superior tiene la representación de la titular parroquial y a los lados separada por columnas de mármol dos mosaicos con representaciones del taller de carpintería de San José y otro con la aparición del sagrado Corazón a santa Margarita María de Alacoque, monja de la Visitación e impulsora de la devoción del Sagrado Corazón. Se corona con el anagrama mariano.

Entre los retablos laterales destacan, en la nave del Evangelio, el dieciochesco de Ntra Sra. de los Reyes, el del Sagrado Corazón -perteneciente a la Hermandad de Gloria del mismo nombre con imagen titular de Antonio Illanes- y el de San José -el más antiguo de finales del XVI-. Los retablos de la nave de la Epístola custodian a Sta. Ángela de la Cruz, Ntra. Sra. del Carmen –retablo barroco del siglo XVIII-, el de la Hermandad Sacramental y Penitencial de la Sed –Crucificado de Álvarez Duarte en 1969, Virgen de Consolación y San Juan de Dubé de Luque- y por último el de San Antonio, de factura dieciochesca al igual que la imagen.


Salimos por la puerta lateral de la iglesia a la avenida Cruz del Campo buscando con la mirada la antigua fábrica que nos evoca la rubia con espuma que tanto refresca -como dice su publi nunca pierdas el Sur-.

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